Revolución #159, 22 de marzo de 2009
Difundiendo la revolución y el comunismo en NYU y en New School
Tuve la oportunidad de estar en NYU y en New School casi por una semana con el periódico Revolución, después de las casi 40 horas de la toma estudiantil del centro Kimmel de NYU. La ocupación estudiantil fue un paso muy audaz e inspirador fuera de los límites de la “apatía de costumbre” y aun de “la protesta de costumbre”. Dos de sus peticiones se centraron en torno a la desinversión de su escuela en compañías que están conectadas a la máquina de guerra de Israel y ofrecimientos de becas a residentes de Gaza. Esta ocupación ocurrió mientras que decenas de actos similares brotaban a través de las universidades del Reino Unido en condena al embate reciente de Israel sobre Gaza. Esto también ocurrió después de una toma estudiantil en New School en diciembre de 2008, en que los estudiantes pidieron la renuncia del rector de la escuela Bob Kerrey, un criminal de guerra en Vietnam. Como jóvenes comunistas revolucionarios, nos metimos directo en la polémica, debate y lucha en esas dos universidades.
El potencial para este naciente movimiento estudiantil es grande y la administración de ambas universidades está muy consciente de eso. Cuando traté de unirme a un taller colectivo en New School sobre su reciente ocupación y planes futuros para exigir el retiro de su rector entre otras peticiones, fui detenido en la puerta por los guardias que me exigieron que les mostrara un carné de estudiante o saliera. “No va a haber ninguna manifestación aquí”, me dijo uno de los guardias. Algunos estudiantes a los que les hablé afuera rumoreaban sobre los planes de algunos grupos de estudiantes para cerrar la escuela el 1º de abril si el rector y el vicerrector John Murtha no renunciaban. En conversaciones que tuvimos con importantes organizadores del movimiento estudiantil de ambas escuelas algunas cuestiones grandes fueron discutidas. ¿No se requiere nada menos que una revolución para trasformar el rol que la educación juega en la sociedad y quiénes tienen acceso a esa educación? ¿Sería posible que un movimiento estudiantil consecuente trabaje para cambiar los términos del debate sobre asuntos cruciales como la ocupación israelí de Palestina? ¿Cómo elevaron estas ocupaciones la visión de los estudiantes sobre lo que se puede y no se puede cuestionar y transformar? ¿Deberían hacer los estudiantes simplemente exigencias más “palpables” para no alejar a la gente y no antagonizar con la administración? ¿O se debería tener el propósito de cambiar la actual polarización política de la sociedad de manera que sea favorable para un cambio radical y la revolución? ¿Y qué hay sobre la dirección y una vanguardia del partido y por qué son necesarios si tenemos seriedad sobre este proyecto de la revolución? Uno de los líderes de New School en el Exilio (uno de los responsables de la ocupación de New School) estaba tomando una clase llamada “Resistencia”, y estaban discutiendo en serio los pro y los contras de una dirección de vanguardia. Compró el nuevo Manifiesto del PCR porque le picó la curiosidad de más esta cuestión.
Entrevistamos a uno de los estudiantes de la toma de NYU y una de las cosas que dijo pegó mucho. Declaró que desde la toma, a algunos de los que participaron les ha costado trabajo retornar a “la vida normal”. Una vez que desafiaron a la autoridad reaccionaria de su universidad, se abrieron puertas de posibilidad que antes parecían cerradas. Estos estudiantes no han dejado de luchar para que sus peticiones sean cumplidas. Pero nosotros no estamos aplaudiendo nada más pasivamente desde los márgenes. Una cuestión grande que discutimos con este estudiante de la toma era si el cuerpo estudiantil de NYU y la sociedad en general estaban listos para las ideas y la ciencia de la revolución y el comunismo. Alegaba que necesitábamos más o menos permanecer al nivel donde está la gente. Dijimos que el estado del mundo y la situación de la sociedad estadounidense son inaceptables y que el pueblo intuitivamente no se da cuenta de la necesidad o la posibilidad para el socialismo y el comunismo. Todo eso era un reto muy estimulante de aplicar el concepto de “Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”.
Otra experiencia que tuvimos era llevar el periódico a la cafetería “Think” cerca a la sede de NYU, un lugar de reunión de estudiantes. Decidimos “interrumpir” en cada mesa de estudiantes de una manera amistosa, distribuir el periódico y hablarles a los estudiantes sobre la Audaz Iniciativa, y de cualquier conocimiento o idea que tuvieran que les gustaría contribuir a Revolución. Esto era algo que nunca había intentado antes y este era un experimento invaluable con mucha experiencia enriquecedora para aplicar al distribuir el periódico de manera más audaz con mucha vitalidad. La atmósfera en las universidades del bajo Manhattan está manifestando fuertes señales de vida. Y lo que se necesita más que nada es estar ahí, “aprender mientras dirigimos, dirigir mientras aprendemos”.
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